miércoles, 2 de marzo de 2011

Para empezar

Hay que reconocer que muchos cristianos estamos muy poco iniciados en la Biblia; algunos casi somos analfabetos al respecto, lo cual no deja de ser un contrasentido. Si es verdad el adagio: “No se ama lo que no se conoce”, difícilmente podemos valorar y amar la revelación de Dios, a Dios mismo y a su mensajero principal Jesucristo, si no conocemos suficientemente su mensaje y la llamada historia de salvación, recogida en la Biblia.

Para subsanar esta laguna el Concilio Vaticano II exhortó “vehementemente a todos los cristianos que aprendiéramos el sublime conocimiento de Jesucristo con la lectura frecuente de las divinas Escrituras”. Por su parte, san Jerónimo acuñó esta afirmación ya clásica: “Desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo”.

3 comentarios:

  1. Excelente iniciativa para motivar la acogida y el estudio de la palabre de Dios en esta fase de nuestro plan de pastoral.
    Felicitaciones padre Andres

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  2. Muy bien por este espacio. Éste será en lazado desde el portal diocesano administrado por Innovapues.

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  3. muchas gracias por sus aportes , esperamos que se divulgue la información y que mucha gente acoja y viva la palabra.

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